26 de juny 2010

Ua entrevista en la web de El Cultural


“El éxito de Maletas perdidas debe mucho al entusiasmo de los libreros”
El escritor de Manlleu, Jordi Puntí, tiene a sus cristóbales revolucionados: cuatro hermanos separados y reencontrados a la búsqueda de un padre perdido que protagonizan Maletas perdidas (Empúries/Salamandra). La novela que revolucionó el último Sant Jordi acaba de alzarse con el premio Llibreter que otorgan los libreros catalanes a obra ya publicada en la categoría, nueva este año, de Literatura catalana. Los otros galardones han destacado a la norteamericana Elizabeth Strout, por Olive Kitteridge (Edicions de 1984/El Aleph), y al taiwanés Jimmy Liao por el álbum ilustrado La noche estrellada (Barbara Fiore Editora). El cuentista Puntí desea que el éxito de su paso a la novela tenga que ver con la implicación completa del lector en la peripecia de los cristóbales.

P.- Premio de los libreros y a obra publicada. Menudo honor, ¿no? ¿Andan los cristóbales contentos?
R.- Bueno, los cristóbales están que se salen y no paran de dar las gracias en sus lenguas. Gràcies! Merci! Danke! Thank you! Los libreros tienen un privilegio que es a su vez una responsabilidad: la de ser el primer lector de un libro. Por ellos, pues, pasan las primeras reacciones. El hecho que los libreros catalanes decidan recomendar Maletas perdidas es todo un honor. De alguna forma, es como si me traspasaran el privilegio.

P.- El premio Llibreter se concede para dar a “conocer a los lectores una obra que pese a su calidad literaria está pasando desapercibida”. No es exactamente su caso, ¿no? Las Maletas van como un tiro...
R.- Los miembros del jurado aclararon este detalle en la entrega del premio. Es cierto que Maletes perdudes no está pasando desapercibida, pero en la primera reunión del jurado -antes de Sant Jordi- ya se notó un cierto consenso. Yo me digo que si tuvo éxito por Sant Jordi fue gracias a la complicidad y el entusiasmo de los propios libreros, que la recomendaron mucho, y luego al boca-oreja (y no el boca a boca). En cierta forma, pues, es como si los efectos del premio se notaran antes del mismo.

P.- Y es la primera vez que se otorga bajo la modalidad de Literatura catalana. Eche piedras contra su propio tejado y de paso recomiéndenos: ¿a qué otros títulos catalanes recientes hubiera reconocido?
R.- Es complicado, porque el nivel es alto y seguro que me dejo a alguien. Pero si tomamos, por ejemplo, los libros que han aparecido este 2010, yo recomendaría La casa de gel, de Joan Pons; No hi ha terceres persones, cuentos de Empar Moliner, o la novela Bulevard dels francesos, de Ferran Torrent o el ensayo de Matthew Tree, Negre de merda.

P.- Ahora que, dicen, renace el cuento como género, un cuentista como Jordi Puntí triunfa con su primera novela. ¿Qué ocurrió?
R.- No estoy comprometido con ningún género. De hecho, pienso que cada historia tiene su forma ideal ya sea cuento o novela y hay que encontrar la mejor manera de contarla. De todos modos, tengo que admitir que los últimos cuentos que escribí en Animales tristes se alargaban peligrosamente, me costaba controlarlos, y creo que en algún caso ya se acercaban a la novela breve.

P.- Maletas perdidas cuenta una historia de aventuras, de búsqueda de identidad y conocimiento. “Una novela de caballerías”, la definió. ¿La han tomado así los lectores? ¿Qué sabe de su recepción?
R.- Creo que en algunos casos sí la han tomado como una novela de aventuras. La intención es que la novela tenga distintos niveles de lectura: el puro entretenimiento, pero también la reflexión. Cada lector se hace suyas las historias y decide cuales son las que le gustan más. En cuanto a la recepción, lo que más me gusta es cuando algún lector me dice: “Me habría gustado que no terminara nunca”, o también que se sentía muy cercano a los personajes. Me gusta la idea de que el lector se convierta en un cristóbal más, en uno de los hermanos que quiere saber más cosas de su padre. De aquí el narrador en plural: cuando lees nosotros, formas parte del grupo, del club de los cristóbales.

P.- Le veo muy activo en facebook con su perfil de Maletes perdudes. ¿Promoción o diversión?
R.- Bueno, no soy yo quien está en Facebook, sino los cristóbales. La cosa empezó como un medio de promoción, pero se ha vuelto una diversión. Cuando Francia quedó eliminada del Mundial, por ejemplo, Christophe escribió que su selección era una panda de impostores. Cada uno dice lo que le da la gana y además señalan películas, canciones u otros cristóbales que tengan que ver con Maletas perdidas.
Es divertido, sí..

© Daniel Arjona, El Cultural. Edición digital.

Una entrevista en ‘La Vanguardia’

“Mi novela refleja una realidad transnacional”

El mejor elogio que el autor ha recibido de su libro, dice, es la frase “no quería que se acabara”. Maletes perdudes (Empúries) fue la obra galardonada con el X Premi Llibreter en su nueva categoría de Literatura Catalana. En palabras del jurado, “una decisión unánime y un reconocimiento merecido” a la primera novela de Jordi Puntí (Manlleu, 1967), una mezcla de humor y tragedia “que con el tiempo ha tomado vida propia”. En ella el autor narra la búsqueda de un mismo padre, Gabriel Delacruz, por parte de cuatro hijos (Christof, Christophe, Christopher y Cristòfol) de madres diferentes a los que abandonó cuando eran pequeños.

-¿Qué virtud tiene este premio que no tengan otros?

-Que te lo den los libreros comporta algo que para mi es esencial: el reconocimiento de la profesión y el respeto a la figura del librero como primer lector. Una condición que para ellos es un privilegio y una responsabilidad. Cuando son ellos quienes te aplauden es de agradecer, claro.

-¿Usted tiene librero de cabecera?

-Tengo varios. Uno de ellos es internet ¿eh? pero como viajo mucho tengo uno en cada lado: en Barcelona varios, en Manlleu otro, en Vic otro. Además soy curioso y acabo apareciendo en tres librerías el mismo día, tienen los mismos libros, lo sé, pero siempre acabo encontrando algo distinto.

-¿Se puede vivir de escribir?

-De escribir, sí, pero si cuentas todas las posibilidades: escribir artículos, cuentos, reportajes y libros. A menudo echo en falta que las revistas encarguen más artículos a escritores. Para muchos es un modus vivendi importante, y entre nosotros no abunda.

-De sus tres facetas: traductor, periodista y escritor ¿cuál le ha hecho más feliz?

-La de escritor, sin duda. Es la más personal pero también te dejas más la piel, te la juegas...

-Maletes perdudes tiene un argumento muy contemporáneo: hijos de diversos orígenes... ¿eso ha aumentado su público potencial?

-Yo espero que sí. No es intencionado, nunca pensé “así llegarás a más gente”, sencillamente quise reflejar una realidad. Una realidad incluso transnacional siguiendo la idea del camión de transporte una realidad que afecta a mucha gente.

-¿A qué idiomas se ha traducido?

-Ahora se está traduciendo al francés y al alemán, al portugués, al holandés... Estamos notando que hay una muy buena recepción. Está cristalizando la idea a la que yo quería llegar: que es una novela europea.

-¿Qué tipo de e-mails le envían sus admiradores?

-¡Extraordinarios! Un amigo me envió incluso una foto de un camionero, en una área de servicio, leyendo mi libro. Otra revista de camioneros quieren hacerme una entrevista... Y el otro día me ocurrió una cosa excepcional: una chica me dijo que había asistido a una cena de amigos donde todos los comensales empezaron a hablar a la vez. Una de ellas les interrumpió diciendo “¡hostia! ¡ya parecemos los Christophers!”.

-Un guiño que usted debe agradecer.

-Claro, porque no sólo significa que todos han leído el libro sino que, además, entienden la red de complicidades que teje.

-¿Qué futuro le espera a la literatura en catalán?

-Yo creo que el que queramos. Para entendernos: los textos existirán. El futuro será el que los políticos, libreros y lectores quieran. Si desean que continúe lo hará, porque de ganas de explicar historias y gente que quiere hacerlo tenemos. Y pienso que la calidad es muy alta. Cómo se vaya a resolver depende de una solución política.

-Usted cursó Filología Románica, que a ojos de muchos universitarios de hoy es una auténtica rareza.

-Sí, sí, realmente es inusual. Yo estudié Filología Románica Medieval porque era la vía que te daba más posibilidades de escoger otras optativas. Al mismo tiempo podía hacer “literatura catalana contemporánea” o “francesa del siglo XVIII”. Me atraía la idea de hacer cosas distintas y mantener la perspectiva europea.

-En su sector, ¿qué encuentra más: competencia o complicidad?

-Eso es muy puñetero: cincuenta por ciento de cada cosa. Yo creo que el escritor está solo. Cuando presentas un libro no hay nada que valga, tienes un libro y ahí vas... tu puedes tener mil complicidades con otros escritores pero el texto es el que manda. Pero si salimos estrictamente de la “corona de escritores” entonces sí encuentras muchas complicidades: libreros, lectores, mercado...

-¿Y en el núcleo duro?

-Allí encuentras muchas complicidades que debes buscar inevitablemente,para nos sentirte solo, pero también mucha competitividad, para qué negarlo.

-¿En qué anda metido ahora?

-Estoy recopilando una serie de artículos de la serie “Els castellans” que hice para L’Avenç.

-¿Alguna pista del próximo libro?

-Sólo una: será una biografía novelada pero aún no puedo decir de quién es.

© Núria Escur, La Vanguardia, 23 de junio del 2010.

25 de juny 2010

Con Elizabeth Strout


El libro de relatos Olive Kitteridge (El Aleph), de la escritora norteamericana Elizabeth Strout, mereció hace unos días el premio Llibreter 2010 en la categoría de literatura extranjera. Dos semanas antes, Jordi Puntí había coincidido con Elizabeth Strout en el Festival de Narrativa de Zagreb, en Croacia. Esta foto, tomada durante una recepción en el ayuntamiento de Rijeka, es del día en que les comunicaron a ambos que habían ganado el premio.
© de la foto, Martina Kenji.

22 de juny 2010

¡El Premio Llibreter!

Ayer el Gremi de Llibreters de Cataluña hizo público el veredicto segúne el cual Maletas perdidas, de Jordi Puntí, se ha hecho con el premio Llibreter 2010, en la categoria de Literatura Catalana.


He aquí un momento de la rueda de prensa.